Zanbatha, Museo del Valle de la Luna

Zanbatha significa en otomí Valle de la Luna. El apelativo Rambata se le atribuye en el documento Barona (Albores, 2013) un origen matlatzinca a la vez que otomí. Este nombre antecede al de Valle de Matlatzinco, con el que denominaron al actual valle de Toluca los mexicas o nahuas.

Zanbatha siempre se caracterizó por ser un valle lacustre, donde hace más de 3,000 años se asentaron los primeros pueblos, y donde hace más de 10,000 años paseaban los grandes mamíferos como los mamuts. En Zanbatha desde entonces se reflejaba la luna en la gran laguna, que daba origen al gran río Dathe ( Matlatzinco- río Lerma).

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Zanbatha

Zanbatha, Exposiciones

Acceso

: Entrada Libre

Horarios

Martes-Viernes : 10:00 - 18:00 hrs.

Sabado : 10:00 - 16:00 hrs.

Domingos : 10:00 - 15:00 hrs.

Visitas Guiadas

Sabado : 11:30 - 15:30 hrs.

Domingos : 10:00 - 14:30 hrs.

Derechos Reservados © 2013

Av. Hidalgo No. 22 Col. Centro, Lerma. México

zanbatha.lerma.gob.mx

museo@lerma.gob.mx

+52 (1 728) 282 9903

Pensamientos en Voz Alta II

Karina del Toro Basurto

La creación procede de momentos íntimos. Los gestos artísticos son producto de la reflexión mezclada con el instinto y Karina del Toro aprovecha estos fenómenos para construir mundos enigmáticos y sugerentes. De profundo significado y suave elocuencia es la muestra gráfica y plástica que ella nos presenta para provocarnos la búsqueda de nuestra propia historia. Su lenguaje es intimista. En sus piezas se transparenta una naturaleza inquisidora que no se contenta con la representación de simples conceptos. Ella recurre a los duelos entre colores y texturas, entre luces y formas; entre simbolismos y denotaciones para compartirnos la magia de su expresividad. En cada una de sus obras se asoma una sensibilidad rectora que ordena, humaniza y transforma sus meditaciones en cuestionamientos con los que fácilmente podemos relacionarnos.

Karina del Toro es igualmente capaz de traducir una decena de tonalidades brillantes en la evocación de la fragilidad personal, que de utilizar el contraste del blanco y el negro de las técnicas gráficas para llevarnos a especular sobre el equilibrio del universo y las posibilidades de la metafísica. La meticulosidad introspectiva y la eficiencia comunicativa se convierten en una búsqueda constante de la libertad de creación y esta segunda edición de Pensamientos en Voz Alta II nos permite dar un vistazo a los procesos de creación y pensamiento de esta excelente artista.

Ciénagas del Lerma: ecos de vida

Marco Antonio López Rosas

Las condiciones de altitud, temperatura y humedad hicieron que las ciénagas del alto Lerma sustentaran, durante miles de años, un ambiente rebosante de vida. Ahí se favoreció el desarrollo, aparición y recepción estacional de especies únicas. Plantas, peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos y microorganismos hicieron de esa región un ecosistema singular en el mundo. Ese entorno favoreció también que la vida humana se estableciera desde por lo menos 1 200 años antes de nuestra era, permaneciendo en relativa armonía con el medio hasta hace pocas décadas.

La exposición Ciénegas del Lerma: ecos de vida de Marco Antonio López Rosas, biólogo egresado de la Facultad de Ciencias de la UAEMéx y fotógrafo profesional, muestra fragmentos de la vida lacustre de plantas y animales que, no obstante la desecación producida por la canalización de los afluentes hacia la Ciudad de México, el crecimiento urbano del Valle de Toluca y la contaminación industrial creciente, aún sobreviven en cerca de 3000 hectáreas de humedales distribuidas en las tres grandes “lagunas” del valle de Toluca: Chicnahuapan, Chimaliapan y Chiconahuapan.

Monstruos, fiestas y paisajes míticos en la Colección de Arte UAM-Lerma

Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)

Esta exposición es sólo una de tantas lecturas que se le pueden hacer a la colección de arte de la UAM Lerma. Retomamos las fiestas, los monstruos y los paisajes de nuestra tierra en la mirada de diferentes artistas locales para preguntarnos ¿QUÉ SOMOS?

Las representaciones de fiestas nos dicen mucho de qué hacemos y cómo nos relacionamos. Los paisajes nos recuerdan de dónde venimos y cómo echamos raíces. Pero los monstruos nos enseñan cómo pensamos. Mientras que las fiestas y los paisajes recuperan la memoria de nuestros orígenes y nos muestran lo maravilloso de la vida cotidiana, los monstruos nos dicen lo que somos en una personificación exagerada de lo que no queremos ser. Los monstruos son nuestros miedos. En México nos burlamos de lo desconocido, de la mezcla, de la inestabilidad y de lo extraño construyendo y dándole rostro, cuerpo y nombre a seres que se nos escapan; seres que viven en lugares lejanos, sin leyes; seres que cambian todo el tiempo, que se regeneran y adoptan otras formas. Nosotros trasladamos al territorio de lo conocido la incertidumbre e indefinición de lo grotesco. Nosotros representamos lo que no puede ser definido, hacemos familiar el campo de batalla entre lo propio y lo extraño.